Guardiola

Lunes, 4 de abril de 2011

A estas alturas de la liga, mucho tendrían que cambiar las cosas para que el Barça no se lleve el título. Otra cosa será la saturación del mes de abril, con tanta competición en juego. Pero hoy quiero hablar de Guardiola.

La RAI ha emitido una entrevista en la que el entrenador -que teóricamente solo hablaba del Brescia- explica que se acaba su etapa en el Barça y otras opiniones. Rápidamente corrió la palabra «traición», porque según parece el Barça pactó que no se emitiría lo referente al Club. Vamos a ver. Hay que ser bastante ingenuo para pensar que un medio de comunicación se va a guardar la ÚNICA entrevista que ha dado por separado Pep.

Esto es algo que tenía que pasar y, lo que más me cabrea, es que reforzará la postura de Pep al respecto. Postura con la que nunca he estado de acuerdo. Le admiro y respeto, pero no puedo entender como un entrenador del Barça (con todo lo que ello supone), no da el más mínimo gesto de abrir un poco su pensamiento, sus ideas, su visión de la vida, más allá de las previsibles y frías ruedas de prensa. Sí, sí, ya se que él ha echado cuentas respecto a sus comparecencias y que se empieza y no se acaba, y que para contentar a todos, mejor no dar ninguna y todo eso. Repito: no estoy de acuerdo. Tu eres libre de planificar, seleccionar y discriminar los medios a través de los cuales quieres dirigirte a esa legión de seguidores, unidos por un sentimiento, por unos colores y por un equipo. Él es el alma del equipo. Y el alma no habla, no conecta con los aficionados ávidos de un poco más de humanidad. Aficionados tan buenos, que hasta han normalizado ésto.

Pep solo ha hablado con italianos tramposos, por los que habrá que pagar el pato. Solo faltará escuchar un «ya os decíamos que no era bueno dar entrevistas». Esto solo genera recelos, confusión y malos entendidos. ¿Se quiere ir Pep de verdad? No lo sabemos y, lo que es peor, quizás nunca lo sepamos hasta que se vaya. Como profesional del mundo de la comunicación y, desde el respeto, no puedo aprobar que uno de los iconos más sanos e interesantes de los últimos años, nos tenga sumidos en el silencio.