Primera paradoja: me dedico profesionalmente a «explicar las cosas» pero ahora, que tengo que definir como me siento, no sé por donde empezar. Son tantas sensaciones concentradas que tendrán que pasar bastantes días antes de verlo claro. De momento, me noto tranquilo. ¿Por qué? Pues porqué ya he empezado las vacaciones y porqué tengo la impresión que son merecidas. Porqué miro atrás y me encuentro una cantidad de profesionales cojonudos con los que hemos sufrido, reído y trabajado en aquello que nos ha salido de «la punta del ánima», como me dijo Monzó.
Eso, hoy en día, es una excepción y resulta un placer ser el protagonista. «Una Altra Cosa» no ha acabado. El programa continua den nuestra cabeza. Setenta y dos noches como las que hemos vivido no se pueden olvidar, ni falta que hace. Ahora viene un momento para a sentirte orgulloso.
Quiero agradecer todas las muestras de soporte y «cariño» que no paran de llegar. Si no respondo es porqué no doy abasto.
El futuro no está decidido, pero no creo que ahora eso sea demasiado importante. Hagamos lo que hagamos, volveremos a poner el corazón, el estómago y otras partes del cuerpo. Y para afrontar todo eso, primero tenemos que descansar un poco (bastante).
Así pues, buenas vacaciones y hasta luego.