¿Tanta prisa tenías por marcharte?

Martes, 7 de octubre de 2003

Siempre es bueno consultar a los maestros. No es necesario ningún motivo. Me he comprado por cuatro «duros» el magnífico AUTOPISTA de Jaume Perich. Un sabio del humor, cínico, pesimista pero profeta que nos dejó demasiado temprano.

Perich, cuando mi generación éramos unos críos, ya repartía a troche y moche con la elegancia y la mala leche de los que tenían que evitar la censura. Ya lo veía todo claro (tenía una obsesión con la manipulación televisiva).

Me pregunto que pensaría si la viese ahora. Perich siempre será recordado -tiene un certamen humorístico a su nombre como una casa-, pero ahora me gustaría quitarme el sombrero a su salud.