La ciudad

Martes, 14 de abril de 2009

La ciudad genera curiosos «compañeros de cama». Naturaleza y hormigón, conviven en una siniestra armonía a la que nos hemos acostumbrado, a pesar de que sea de lo más raro. En Barcelona, un árbol planta cara a la totémica y fálica torre Agbar. Se diría que la gana. La abraza, la supera, casi la envuelve. Luego, en otoño, el árbol volverá a ser un croquis y la torre permanecerá altiva e iluminada. Cada vez que abrimos el grifo, se enciende la luz de una de sus ventanas.
La ciudad