El impresentable

Lunes, 28 de septiembre de 2009

Hay poca gente que consiga quedar como un impresentable en una fotografía. Berlusconi es uno de ellos, porque su capacidad de meter la pata, cagarla, mostrarse como un fanfarrón trasnochado es de tales magnitudes, que solo tienes que poner la cámara y apretar el botón. Así lo hizo Jewel Samad para AFP en la última cumbre del G-20.

Obsérvese que Silvio va a dejar unos segundos a Michelle Obama con la mano en alto (algo humillante) para obsequiarla con ese gesto de admiración/aprobación tan machista y antiguo. «Mamma mía, qué pedazo de mujer», parece balbucear el presidente. Este hombre, en efecto, preside un país. Controla los medios públicos (¿o habría que decir los miedos?), un club de fútbol y la mitad de la economía del país. La declarada, claro. Sus tentáculos, por supuesto, también llegan a España. No tengo ni idea de como se ha podido llegar a esta situación tan grotesca. Dicen que si la izquierda está desestructurada y no representa una alternativa, que si todos los italianos en el fondo quieren parecerse a él y otras elucubraciones.

Lo que está claro es que este hombre de pelo de Madelman, bragueta floja, lengua larga y sombra oscura, lidera Italia en plena crisis mundial. Parece como si Obama estuviera pensando: «Hay que ver los italianos. Con lo que vosotros fuisteis»… También es posible que piense: «Como te pases un pelo, te voy a meter un viaje que te van a saltar los implantes».
El impresentable