Hablar de lo nuestro (para empezar)

Miércoles, 3 de mayo de 2017

En El Terrat ha nacido «Bailén 20». Un espacio cien por cien digital. No es ningún encargo, ni se emitirá en ningún medio tradicional como hacemos desde hace tantos años. «Bailén 20» —presentado por nuestro nuevo director Agustí Esteve— es nuestra modesta aportación personal al mundo de los contenidos siempre que tengamos ganas de contar algo, motivos para hacerlo y tiempo para grabarlo.

Para empezar, hablamos de la comedia, de vivir de esto. Desafiamos a Groucho Marx que solía decir: «no hay nada más aburrido que hablar del humor». No sé si lo conseguimos, pero fue una buena oportunidad para agradecer el hecho de que podamos dedicarnos a algo que nos apasiona. Pusimos en común nuestras ideas, pasamos un buen rato entre compañeros y valió la pena. No sé como evolucionará este espacio pero, sin ponernos trascendentes ni pesados, quizás «Bailén 20» pueda llegar a ser algo así como una trastienda televisada de nuestro oficio, en todas sus vertientes.

El programa se realiza en nuestra nueva sede, donde un montón de gente trabaja cada día para seguir adelante con nuestro sueño. Como el primer día. Con la experiencia de todo lo vivido y ese motor infinito que es la curiosidad y el placer de seguir fabricando comedia.

Los humoristas

Martes, 5 de enero de 2016

Vuelvo a ver esta foto genial de Laurel y Hardy y me acuerdo de algo que pensé hace tiempo. «Los humoristas deben hacer siempre lo contrario de lo que se espera de ellos». Creo que en el quiebro, en la sorpresa, es donde surge la chispa del humor. El germen de todo. El humor nace cuando rompes lo establecido, subviertes la realidad, lo esperado, lo «normal». Luego haces lo que puedes, lo desarrollas, lo haces crecer o lo estropeas, que de todo hay en la viña del humor.

Más fotos de mi obsesión casi patológica en: yohevistocosasquevosotrosnocreeriais.com

Laurel & Hardy

Sin wifi

Viernes, 6 de noviembre de 2015

Un bar de la ciudad de Barcelona ha decidido dar el primer paso: «Wifi no conectado (gente)». Es un lugar bonito, pequeño y tranquilo. Me dicen que apuestan por gente que vaya a tomar un café y hablen entre ellos, toda una temeridad (como negocio) hoy en día. Pero… ¿y si son más modernos de lo que creemos?

He leído por ahí que va cogiendo forma un movimiento que algunos califican como «el apagón digital» o «retorno a lo analógico». Dicen que hay personas que apuestan por desconectar, se dan de baja DE TODO en las redes y pasan de compartir, recomendar, etiquetar y todo eso que nos hemos inventado y que nos ocupa la mayoría de nuestro tiempo.

Personas que borran todo su historial, todas las pistas y empiezan a recuperar una «nueva individualidad», una libertad de movimiento sin estar geolocalizados. Los nuevos analógicos sencillamente usan la tecnología para currar, para sus necesidades básicas y luego «viven» las cosas como se hacía antes. Recuperan las charlas sin mirar cada tres minutos el teléfono, los paseos y viajes (sin fotos), el silencio, las comidas con los amigos, la lectura o el sencillamente no hacer nada. Unos locos, vamos.

(Nota: en el bar les preguntan si «people» es la contraseña)

Sin wifi

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